Para que yo me llame Ndossy
han hecho falta miles de lloros,
abrazos y sobre todo sentimientos rotos.
Para que mi cuaderno sea igual que yo,
ha de reflejar lo que hay en mi interior.
Debo dejar al descubierto la ilusión,
que anida en mi corazón.
Para que yo me llame Ndossy,
fueron necesarios;
viento huracanado, pétalos de pasión.
Mucho esfuerzo, amor y dedicación.
El inconfundible olor a lavanda,
una tarta con sabor a fresa.
Y que mi mejor amiga,
se llame Theresa.
Miles de cajas empaquetadas,
y muchas mudanzas
que no me han servido para nada.
Un centro de menores,
objetivos mayores.
Sueños inalcanzables,
peleas innecesarias.
Y mil lluvias rudimentarias.
Ganas de aprender,
una nueva ilusión,
un sentimiento que late,
en mi corazón.